Un estel fugaç
“Com pot ser que algú que viu tan poquet temps deixi una petjada tan enorme?”
Continue reading “Un estel fugaç” »Maria Espín: 24 hores en la vida d’una xef
La xef i propietària del restaurant Brau té dos fills adolescents i una filla d’acollida
Continue reading “Maria Espín: 24 hores en la vida d’una xef” »La primera generació d’ «influencers» gastronòmics. Molt més que menjar gratis
A mi edad ya cuesta mucho que me sorprendan, pero reconozco que este grupo de creadores de contenido gastronómico me ha dejado con la boca abierta. Tras nuestro encuentro, he desmontado los tópicos y prejuicios que tenía entorno a su profesión. Pensaba que dedicarse a las redes sociales suponía adentrarse en un entorno hostil, salvaje, la ley del más fuerte, yo tengo más seguidores, yo lo publiqué antes. En absoluto. Se conocen bien, se ayudan en todo, comparten grupo de WhatsApp y crean oportunidades para que todos se beneficien. Si uno de ellos tiene una colaboración o monta un evento, todos lo apoyan, comparten y suman.
Nos reunimos en el restaurante Avenir y el ambiente que se respira es el de una cena de amigos. Hablan a la vez, se pisan, ríen y explican muchas cosas de las que quizás hasta ahora no habían hablado nunca. Han creado una profesión gracias a su pasión. Son pioneros. Son un grupo de profesionales que durante estos años han aprendido a producir, grabar, editar, locutar, buscar localizaciones y posicionar un contenido en el que priorizan la calidad antes que la cantidad.
Hoy descubriremos qué hay detrás de todos esos vídeos que nos hacen la boca agua, nos generan necesidades y nos llenan la carpeta de posts guardados. El secreto de su éxito es unánime: la constancia. Han sabido adaptarse a los cambios, han evolucionado de los blogs, como el pionero José María Toro del @bloghedonista, pasando por Instagram y ahora TikTok, y lo más importante: todos ellos han aportado su toque personal y un estilo diferenciador del resto. Sabemos que hay que comer para vivir, pero hoy descubriremos si se puede vivir de comer. Dadle al follow que empezamos.
Foodstagram
Para la mayoría de ellos, su base de operaciones es Instagram, aunque Edu, el bravista de @bravasbarcelona, es un rosto conocidísimo en YouTube. Todos empezaron sin ninguna otra pretensión que compartir genuinamente los restaurantes que les gustaban o las recetas que creaban, y sus cuentas fueron creciendo de manera orgánica. Ahora acumulan más de diez años de experiencia y tienen un conocimiento gastronómico elevadísimo gracias a haber visitado miles de restaurantes.
Se han convertido en comunicadores con enormes comunidades de fieles seguidores y por eso su presencia es muy valorada y reciben invitaciones de todo tipo de restaurantes. Como dice Miquel de @bcngourmet: «Podríamos comer cada noche gratis.» Ariadna, de @Foodyingbcn, añade: «¡Cada hora!» «¿Y no lo aprovecháis?» «No, solo vamos a sitios que vemos que puedan interesar a nuestra comunidad. Rechazamos un 95% de las invitaciones para ser coherentes con nuestro público.» «¿Cómo lo decidís?» «Por experiencia y porque nos informamos mucho antes. Solo acudimos a los sitios a los que realmente iríamos con nuestra pareja o amigos.» Todos coinciden en que «dedicamos muchas horas a cada publicación, sin duda nos saldría más a cuenta pagar».
Ahora pueden seleccionar su contenido, pero todos recuerdan bien la mezcla de sorpresa y agradecimiento de la primera invitación. Diez años después, nos dicen convencidos que les sigue ilusionando mucho descubrir sitios nuevos, aunque reconocen que han aprendido a dosificar su tiempo. «Quizás vamos a menos eventos porque también nos apetece mucho comer en casa un plato de judías con patatas.»
No todos monetizan su trabajo con el mismo sistema; unos lo consiguen con la publicidad de las marcas que confían en ellos año tras año, otros gestionando redes sociales de terceros y, en menor medida, con la generación de contenido para restaurantes. Aunque saben que indicar que se trata de una colaboración pagada puede reducir las visualizaciones debido al algoritmo, también son conscientes de que el público agradece su honestidad al señalar cuando se trata de una publicación patrocinada.
Hate
¿Y cuando no os gusta? Todos son unánimes: no lo publicamos. Gema, de @DivinosSabores, considera que «puede tratarse de un mal día, un mal servicio o un fallo de cocina. No es justo hacer una crítica feroz que puede perjudicar mucho al restaurante. Incluso en el Celler de Can Roca se les puede caer una copa.» «Por supuesto, siempre damos feedback de los motivos por los que no publicaremos y porque la crítica constructiva les pude ayudar a mejorar».
De hecho, el «bravista» reconoce que llama personalmente a los restaurantes que le contactan y les explica las mejores opciones para posicionarse en redes y para colaborar con influencers sin perder dinero. «Lo que sí que nos sabe mal –añaden– es que a nosotros a veces nos traten de forma especial y luego las raciones reales sean más pequeñas o los platos o precios de la carta no coincidan con nuestra visita. Queremos que nuestros seguidores coman bien y disfruten del sitio porque solo así seguirán confiando en nuestras recomendaciones».
Aunque en ningún momento hablamos de cifras ni nos cuentan lo que ganan, algunos reconocen sin tapujos cobrar por sus publicaciones y otros han emprendido negocios relacionados con la gastronomía (agencias, gestión de redes sociales y festivales). Eso sí, todos viven gracias al éxito de su cuenta en redes sociales y siguen visitando restaurantes a título personal y pagando de sus bolsillos. «Aunque no tengamos que publicar nada, nos cuesta mucho no hacer fotos. Siempre acabamos haciendo alguna, aunque sea de la carta», dice Alejandro Biel, de @Gastro_barna.
Sus seguidores vemos la cara amable de su trabajo: platos apetecibles, restaurantes con encanto. La parte que no se ve implica tiempo, adicción e incluso momentos de ansiedad. No les preocupan tanto los haters, a los que contestan o bloquean, como los hackers. Sus cuentas gastronómicas son su vida y su fuente de ingresos, y todos pagan a Meta la opción de soporte y chat privado para asegurarse una rápida respuesta ante posibles ataques.
También se lamentan de las exigencias de algunos seguidores que se piensan que su trabajo es dar información como si fueran el buscador de Google. Llegamos a recibir mensajes con exigencias e incluso que nos dicen: «Hola. Estoy en tal sitio. ¿Qué me pido?» El chef Miquel Antoja @miquelantoja, primer creador de la vídeo receta, sigue apostando por el mismo formato personal que le ha hecho tan popular y reconoce que en sus inicios respondía a todos los comentarios, incluso des de su moto. Antoja, junto a Amelia @ameliciousmchef9 y Laura @lauraponts, se han hecho populares por compartir sus mejores recetas paso a paso con listas exhaustivas de ingredientes y cantidades. Laura Ponts empezó con los bodegones que hacía con los productos de la tienda de sus padres, en el pueblo de Ponts, y ahora hace videos seductores en los que eleva al máximo el producto y busca una estética artística y muy cuidada que le supone «una gran inversión de horas y de dinero en la lista de la compra».
Share
Alejandro, de @yummybarcelona, tiene en su galería más de 140.000 imágenes de platos y 30.000 vídeos de comida. Sin duda, más que de su familia. Él, como el resto del grupo, ha optado por mostrar su rostro para sentirse más cercano a su comunidad. «Al principio evitaba salir en los videos, pero ahora me he acostumbrado.» Cristian, de @topfoodbcn, hizo una ronda de Q&A (preguntas y respuestas) y, para su sorpresa, muchas de las preguntas eran sobre su físico. Ahora se graban, locutan y hacen primeros planos de sus caras de sorpresa o de placer ante cada bocado o nos dos dan consejos saludables, como hace «Amelicious». Saben que poner su cara comiendo o cocinando ayuda a personalizar la cuenta y genera cercanía con la audiencia.
Esa exposición personal en todas sus publicaciones los ha hecho muy populares en la ciudad y a diario les paran o les piden fotografías. Alejandro, de gastro_ barna, se sorprende de la naturalidad con la que le saludan desconocidos porque «ellos tienen la sensación de que al verme casi a diario en pantalla me conocen bien». Una situación que puede ser incómoda, como cuando les hacen fotografías sin consentimiento o sienten que su privacidad se ha visto invadida. Sofía, de @sofiamchef6, explica que «una vez publiqué que estaba cenando en un determinado restaurante y un
seguidor cruzó la ciudad para saludarme. Aquello me hizo ver que tenía ciertos riesgos postear en tiempo real y ahora publico siempre a posteriori».
Ante mis ojos veo como se desdibuja el concepto entre creadores, publicistas y periodistas. Las marcas tienen claro que hay que apostar por la digitalización del contenido, pero algunos restaurantes todavía tienen dudas. Cuentan que «algunos siguen sin creer que esto les va a funcionar porque no han cambiado el chip. Los mejores restaurantes del mundo no dudan de que hay que estar presentes en redes. Cuando más lleno estás es cuando tienes que invertir más. No pueden contar con nosotros solo para el arranque, eso es un error.
Lo importante es la continuidad. La garantía de que funcione no la podemos dar, nadie la puede dar. Sí que vemos que en Barcelona la gastronomía cada vez está más profesionalizada y los restaurantes lo tienen todo muy pensado, pero fuera de Barcelona cuesta más llegar porque no existe la figura del influencer rural». Durante toda la cena no han dejado de lado sus teléfonos. Han grabado los platos incluso, han escuchado y contestado audios. Sus videos son virales y sus recetas nos animan a cocinar y a probar nuevos productos. Consiguen llenar restaurantes e incluso que se hagan colas quilométricas. Sitios que han colgado el sold out durante meses. Reciben incontables mensajes de sus seguidores agradeciendo sus recomendaciones y de restauradores que les agradecen el empuje que le han dado a sus negocios. En estos años, este grupo de apasionados por los fogones y el buen comer han creado una profesión y han democratizado, por fin, recetas que nunca imaginaríamos poder hacer en casa y las reseñas gastronómicas.
15 años de buenos «Moments»
Raül Balam celebra 15 años en el restaurante de Mandarin Oriental, Barcelona, y nos recibió allí como si estuviera en el salón de su casa. Tiene una mente en constante ebullición y eso lo transmite en sus palabras, en el movimiento y en su estética. Es un apasionado del proceso creativo y no paró de hablar de sus creaciones con absoluta pasión. Como los artistas de vanguardia, es atrevido y va un paso por delante, desmarcándose del resto, aunque le suponga más riesgo. Durante la sesión de fotos se deja llevar, se suelta y nos muestra su faceta más desinhibida a pesar de que le noto un punto de timidez. Habla con precisión de todos sus platos, de los que recuerda cada detalle y cada menú temático de los que ha servido. Estamos ante un chef que ha resurgido de sus cenizas y que está dispuesto a darlo todo en esta segunda oportunidad que le ha dado la vida. Hoy descubrimos a Raül Balam más allá de ser el «hijo de» o el «adicto a». Nos preparamos a saborear una conversación que, como sus menús, viene cargada de un relato colorido, vibrante, reivindicativo y coherente.
Continue reading “15 años de buenos «Moments»” »La selectivitat només és un número
Com cada juny els meus alumnes han anat a la selectivitat i com cada juny els meus fills han acabat el curs escolar i l’esplai. Sembla que no hi hagi cap relació però els dos temes m’han fet pensar molt. Us ho explico. Els “monis” de l’esplai dels meus fills han estat els encarregats de fer el pregó de la Festa Major del meu poble, de Calafell. Per preparar aquest pregó van redactar el text, van dividir-lo per fer que els nens participessin, van assajar tota la tarda i finalment van pujar a l’escenari i van llegir-ho feliços i il·lusionats d’haver estat escollits els pregoners d’enguany.
Això és només un exemple de la quantitat d’hores que suposa preparar qualsevol cosa amb nens. Ja no us dic unes colònies, una esquiada o entretenir-los tres hores cada dissabte amb activitats que a més siguin inclusives i transmetin valors. Recordem per si de cas, que tot això és sense cobrar. De fet, als monis de Calafell l’esplai els és deficitari perquè no tenen ajudes ni per a la zona blava. A pagar com tothom.
Perdoneu però tota aquesta implicació i tot aquest temps de voluntariat, com és que no pondera? Com pot ser que això no tingui cap reconeixement públic ni obri portes de cara a futurs estudis? Resulta que si tens més d’un 9 a la part comuna de la selectivitat reps una distinció pública (ben merescuda, eh? Això no ho qüestiono) però si has estat dedicant tots els teus dissabtes a fer de monitor d’esplai no hi ha cap menció? Que tot es limiti a números, a la nota de tall, a la nota mitjana i les assignatures que ponderen ho trobo tan limitant i frustrant que no m’estranya que el alguns joves no vulguin ni fer batxillerat.
És moment de donar visibilitat i fer més entrevistes a joves entregats i no només als que han tret la millor nota de Catalunya. Cada any veiem els millors dels millors, als que han tret un 10. Sabem les seves tècniques d’estudi o si toquen el piano. I no, no els vull treure cap mèrit, em sembla genial que es valori el seu esforç. Però hi ha molts joves fent altres coses: alguns llegeixen llibres i després escriuen ressenyes a instagram per encomanar el gust per la lectura. D’altres van a la ràdio del seu poble i fan, també de franc, un programa setmanal. Però per entrar a periodisme això no es té en compte, han de treure quasi un 13 i si han fet 5 anys de ràdio gratis… doncs moltes gràcies.
Ens ho hem de fer mirar. Sempre que parlo del tema esplai penso molt en l’article sobre els monitors que en va fer en Carles Capdevila. I veig que passen els anys i estem igual, en seguim fent escrits però la seva tasca encara està molt invisibilitzada. Només es parla dels mèrits dels joves al mes de juny, perquè han tret un 10 o perquè el van treure fa 20 anys i ara treballen a la NASA. Ens omplim la boca valorant l’empatia i parlant de cuidar més la salut mental però al final tot es redueix a parlar de les notes. Crec que és heroic donar-se als altres, implicar-se en el teixit associatiu i fer coses per la comunitat. Perquè al final la selectivitat, només és un número.
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El Magnífic by Pol Mainat
Hay lugares en los que no solo recuerdas lo que comiste, recuerdas también lo que sentiste. El Magnífic es uno de ellos. Me desplacé hasta Empuriabrava para descubrir el restaurante de Pol Mainat y me divertí tanto que me moría de ganas de repetir y de escribir sobre la experiencia. Vale la pena escaparse al Empordà para comer así de bien, pues éste es un restaurante pensado para disfrutones que buscan calidad, descubrir sabores y pausar los tempos. Su propietario, Pol Mainat, nos recibió como se recibe a los amigos. Primero unas aceitunas, anchoas del Cantábrico, ahora os voy a cortar un poquito de jamón, no os podéis ir sin probar el fricandó.
Consiguió que la velada fuera memorable porque ha creado un concepto gastronómico único y exclusivo en el que el producto destaca sobre cualquier otra cosa.
Mare de quatre nois
“Per escriure-ho, t’hauràs d’obrir una mica” m’han dit. I aquí estic, disposada a compartir el que ha estat ser mare de quatre nois i tenir una família nombrosa en ple segle XXI. I això que quan tenia 14 anys em van diagnosticar ovaris poliquístics i em van dir que em costaria molt aconseguir un embaràs. Futures mares, hi ha esperança. Aquesta és la meva història on, cada dia, ho faig com puc.
Marc (fill 4)
Ser la mare del Marc ha estat facilíssim. Com més fills tens, més bé es porten i més bé dormen. Això sí, anunciar el quart embaràs va ser un escàndol. Quatre, esteu bojos, voleu un equip de futbol, compreu-vos una tele. A les parelles sense fills la gent els tortura preguntant quan “s’animaran” però als que en tenim molts tampoc ens ho posen fàcil. I quan deia que era un altre nen els somriures es congelaven, els rictus facials semblaven injectats en bòtox i ningú sabia què dir. Els comentaris eren més semblants al condol que a la felicitació. Un altre nen, oh. I després de quatre cesàries, el Marc era el punt final de la meva presència al quiròfan oberta en canal.
Però no era “un altre nen”. Era el Marc, la persona més feliç i més autònoma que conec. El veig passar per casa i penso, qui és aquest. Ah, el Marc. Què gran. Quant fa que no es deu banyar, vaig a mirar-li les ungles que les deu portar fatal. Amb el quart m’he relaxat del tot i no hi ha cap estudi que ho verifiqui però diria que com menys a sobre estem més llestos es tornen. Tot això de la hiperpaternitat, dels pares helicòpters, de la presència plena, d’educar en positiu… no ho he fet. Ni tan sols estic al grup de whatsapp de la seva classe. De fet és culpa de la meva amiga Anna, també mare de quatre nois, que em va donar el millor consell del món: deixa’ls fer. I això he fet: he donat ales en comptes de fer niu.
Pau (fill 3)
“Què estàs fent? Què escrius? Que soc el pitjor fill, no? Doncs has de posar que els fills t’hem ajudat molt, sobretot quan el papa estava a l’hospital”. Poc més puc afegir que sigui així de brillant i d’important. Els fills m’han ajudat molt i m’han simplificat la vida: ja mai més he tingut dubtes de qui tindré al meu costat en el moments difícils. El Pau és un geni. És el fill més creatiu, més sociable i més autèntic de tots quatre.
Albert (fill 2)
Crec que la maternitat, per poder-la gaudir, hauria de començar amb el segon fill. Amb el segon ja no mires tota l’estona si respira, fas pocions de dalsy amb els ulls tancats i ets experta en pagar regals per bizum. L’Albert és un tio tranquil i em va donar la pau que necessitava després del daltabaix de passar de zero a un fill. De petit va tenir una infecció que el va portar a la UCI de Sant Joan de Déu i em va fer patir com mai. I sempre dic que no m’hagués importat tenir un cinquè fill si em convaliden totes les malalties. Encara que, amb quatre fills, també em poden convalidar dos cursos de pediatria. Per cert i ara que no em sent ningú, l’Albert és el meu fill favorit. Ah, que tens un favorit? Totes el tenim. Però aquest és un altre tema.
Adrià (fill 1)
Em va fer tanta il·lusió quedar-me embarassada del primer. Penseu que fa uns anys encara es parlava de ser mare molt en positiu i cap amiga m’havia fet el gran spoiler de la vida: ser mare és brutal però la maternitat és un horror. No pots conciliar bé, dorms fatal i pateixes molt. Per sort tot allò de la superwoman ha passat a la història i hem après a no arribar a tot sense sentiment de culpa.
Quan vaig tenir a l’Adrià vaig passar una depressió de cavall, no pas per culpa del fill que va arribar sinó per la part de mi que va marxar. Vaig viure com un dol el fet d’haver perdut la vida lliure i despreocupada. Allò em va venir molt gran. Reconec que no vaig gaudir gaire de l’Adri petit però ho he compensat molt després. Ara té 17 anys i és insuportablement adolescent però té un sentit de l’humor que m’encanta i és el fill que més s’assembla a mi.
Amb ells a la meva vida no m’he avorrit mai. Són el més important però no l’únic que és important. Tenir família nombrosa és caríssim, esgotador i un repte per a les cordes vocals però no ho canviaria per res del món.
Entrevista a Rodrigo de la Calle el xef de l’alta gastronomia saludable
No coneixia al xef Rodrigo de la Calle ni la seva proposta gastronòmica basada en els vegetals que serveix al restaurant Virens de l’Hotel Almanac de Barcelona. Reconec que anar-hi sense massa expectatives va ser un encert perquè a banda de dinar molt i molt bé vaig descobrir un gran comunicador, molt proper i molt autèntic. És d’aquelles converses de les que crec que n’ha sortit una gran història. Us deixo aquí l’enllaç al meu text i espero que us agradi tant com a mi.
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